Delimitación del
campo de estudio
El uso moderno del término
“pragmática” se debe al filósofo Charles Morris. En su teoría sobre semántica
Morris distingue en esta disciplina tres líneas de investigación:
1-
La
sintaxis, que define como el estudio de las combinaciones de los signos.
2-
La
semántica, que define como el estudio de las combinaciones de signos
3-
La
pragmática, que define como el estudio de la relación de los signos con los
usuarios, es decir, con los hablantes.
El análisis pragmático comienza
en la Historia de la lingüística como un intento de encontrar el sentido de la
conducta lingüística. Después de su primera etapa de desarrollo, vinculada
sobre todo con la Filosofía de la pragmática se convertido progresivamente en
una disciplina empírica que abarca en sus líneas de investigación los factores
sociales, psicológicos, culturales y literarios que determinan la estructura de
la comunicación verbal y sus consecuencias.
Al ampliarse por tanto los objetivos de la pragmática,
actualmente esta disciplina se ocupa de todos los procesos lingüísticos
relacionados con el uso de la lengua. Se ocupa también de la relación entre
lenguaje y sus hablantes, y de la creación de una teoría que integra el origen
filosófico de esta disciplina con la tendencia actual de carácter más
empirista.
Así pues, la pragmática estudia el lenguaje en función de
la comunicación, es decir, que analiza determinados aspectos de lar elación
entre el lenguaje y el hablante. El tema central del estudio del uso
lingüístico hace referencia a los principios que guían la interpretación de los
enunciados, es decir, por ejemplo la relación con los participantes, con el
cotexto lingüístico, con el contexto, y con el entorno o situación
comunicativa. Este factor incluye además las creencias de los hablantes, su
conocimiento de sí mismos, del lenguaje que utilizan y de la realidad
extralinguística. En cuanto al contexto, este concepto se define en Pragmática
como la categoría lingüística que cumple dos funciones básicas en la
comunicación:
1-
Fijar
el significado de una unidad lingüística
2-
Convertir
una o más oraciones en un enunciado
El hecho de que la pragmática
estudie el uso de la lengua significa que tiene como objetivo básico el estudio
de las diferentes funciones que centra el lenguaje en la actividad lingüística.
Entre estas funciones podemos citar los principios y reglas que rigen los
intercambios linguísticos entre los hablantes, los actos que pueden efectuarse
con el uso lingüístico y en líneas generales todo conocimiento común de los hablantes
que sea de utilidad en la interacción verbal. Este conocimiento común recibe el
nombre de información pragmática.
En cuanto a la metodología, es importante señalar que
frente a las demás disciplinas lingüísticas, la lingüística pragmática no ha creado
un conjunto de unidades propias de análisis, por lo que esta disciplina no
intenta construir reglas sino principios. En este sentido, la única unidad
comunicativa creada por la pragmática ha sido el concepto de acto de habla.
Según la concepción más extendida, la Pragmática es el estudio de los
principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las
condiciones que determinan la emisión de un enunciado concreto en una situación
comunicativa determinada y su interpretación por parte de los destinatarios. En
consecuencia, la pragmática es una disciplina que toma en consideración los
factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje. Precisamente,
todos aquellos factores a los que no puede hacer referencia a un estudio puramente
gramatical o semántico. Por este motivo, el análisis pragmático debe tener en
cuenta conceptos como el de emisor, destinatario, intención comunicativa,
contexto verbal, situación, o conocimiento extralingüístico.
Como ejemplo más representativo de los fenómenos que no
pueden estudiarse estrictamente desde la perspectiva gramatical o semántica,
podemos citar por ejemplo la distancia entre lo que literalmente se dice y lo
que realmente se quiere decir. Este fenómeno hace referencia al concepto de implicatura
que trataremos más adelante.
Otro fenómeno tiene que ver con la adecuación de las
secuencias gramaticales al contexto, y a la situación, que es un problema
pragmático asociado a los principios conversacionales y a la teoría de la
relevancia.
Otro fenómeno es el relacionado con la pragmática de la
asignación correcta de referente como paso previo para la descodificación
correcta de los enunciados. En este fenómeno, intervienen sobre todo el
concepto de la situación espacio -temporal. De hecho, en la comunicación
lingüística los enunciados puede adquirir a veces un sentido determinado que no
se deduce directamente de su significación literal sino que depende de datos
aportados por la situación comunicativa en la que se desarrolla el acto verbal.
Así pues, en todo análisis pragmático hay que tener en cuenta dos hechos:
1-
Hay
una parte del significado que logramos comunicar que no puede reducirse sólo al
modelo de un código constituido por signos linguísticos.
2-
Que
para caracterizar adecuadamente dicho significado hay que tener en
consideración los factores que
configuran la situación en que las frases son emitidas, es decir, todos
aquellos factores de naturaleza material e inmaterial.
Sin
embargo, el objetivo de la pragmática puede presentar diferentes formas de
análisis. Así, para algunos la pragmática debe centrarse sobre todo en la
relación del significado gramatical con el hablante y con los hechos y
referentes extralinguísticos. Para otros, en cambio, la pragmática debe
centrarse en el análisis de la relación entre la forma de la expresión y las
actitudes de los usuarios. En cualquier caso, la pragmática no puede ni debe
sustituir el análisis gramatical sino que las explicaciones gramaticales,
semánticas y pragmáticas, deben ser complementarias.
En
definitiva, la perspectiva pragmática aporta diversas ventajas:
1-
Utiliza
las consideraciones gramaticales estableciendo los límites de la morfosintaxis
2-
Contribuye
a dar una visión más precisa de la complejidad del fenómeno comunicativo.
La
pragmática de la lingüística tiene como objeto de estudio el significado del
lenguaje en uso. La pragmática estudia, por tanto, el significado intencional,
es decir, lo que uno quiere decir. El filósofo Porlais define el significado
intencional o no natural como un tipo especial de intención destinada a ser
reconocida como tal por quien la recibe. En cambio la significación natural se
produce sin intencionalidad. De ello se deduce que interpretar lo que dice un
determinado hablante es reconocerle una intención comunicativa y no simplemente
reconocer el significado de sus palabras.
La
existencia de este tipo de significado, por otra parte, muestra que la
comunicación parte de un acuerdo previo de los hablantes, de una lógica de la
conversación que permite pasar del simple significado de las palabras al
significado de los hablantes. Las diferentes definiciones que se han ofrecido
sobre esta nueva disciplina han sido sistematizadas por la escuela alemana, que
distingue tres tipos básicos de pragmática:
A-
La pragmática como
disciplina del uso de los signos:
El
empleo moderno de pragmática se remonta a la figura de Charles Morris, quien lo
acuña en su conocida caracterización de la semiótica, teoría que se integra en
la tradición neopositivista del análisis del lenguaje. Esta tradición es
representada por Pierce y Carnap. De acuerdo con esta teoría de carácter
lineal, en todo acto comunicativo, hay un signo, un designatum y un interprete.
El signo corresponde con la sintaxis, el designatum con la semántica y el
interprete con la pragmática.
Así
pues, el hecho de comprender una lengua y de utilizarla de forma correcta
equivale a seguir las reglas sintácticas, semánticas y pragmáticas, aceptadas
en un determinado marco social.
Las
relaciones más dinámicas, según su concepción, corresponden a la pragmática o
al estudio de las relaciones de interpretación, es decir, las relaciones que se
verifican entre los signos y sus usuarios.
La
sintáctica trata de los nexos que se establecen entre los signos, es decir,
relaciones de implicación, y por último, la semántica estudia las relaciones
existentes entre estos y la realidad extralingüística nombrada, lo que se llama
“relaciones de designación”.
El
carácter lineal al que hemos hecho referencia se identifica a su vez con un
tipo modular, debido a la autonomía de cada uno de los niveles. Es fácilmente
deducible que el comportamiento pragmático de este esquema que revela un origen
de la sintaxis, semántica y pragmática, no puede prescindir de la sintáctica y
de la semántica, que son niveles de análisis necesarios en la correcta
interpretación del mensaje, que debe tener en cuenta las relaciones entre los
signos, así como las que se establecen entre los signos y la realidad denotada.
Esta organización triádica establece que
el nivel sintáctico precede el semántico y este a su vez es anterior al
tratamiento pragmático.
B-
La pragmática como
lingüística del diálogo:
Esta
definición está representada por la escuela alemana, que sitúa el discurso en
el plano de la dualidad, que se opone al concepto de individualidad y de
pluralidad. Desde ese punto, el estudio de la pragmática se ha centrado en el
análisis de la tipología discursiva, que se mantiene entre dos hablantes con un
sentido bidireccional, es decir, fórmulas de saludo y despedida, pregunta
respuesta, o invitación aceptación…
Este
tipo de discurso bidireccional recibe el nombre en socio-pragmática el nombre
de pares-adyacentes. Este tipo de orientación se ha desarrollado desde la fase
inicial de la evolución pragmática y en las últimas décadas ha adoptado un enfoque integrador de la
dimensión de pluralidad que toma en consideración, en sus últimas aportaciones,
los factores cognitivos real. Además se sitúa concretamente en la línea de la
pragmática universal, desarrollada por la escuela de Frankfurt, por lo que su
concepción de la disciplina se basa en el análisis de las condiciones
universales del diálogo, perspectiva que permite considerar un punto de vista
intersubjetivo.
C-
La pragmática como
teoría de la acción del habla:
La teoría
de la acción del habla ha sido definida como la teoría de la acción común,
motivada por el hecho de que la emisión lingüística se acompaña de acciones
(advertir, saludar, prometer, solicitar…) En este sentido los actos de habla
canónicos en los que interviene un solo emisor y un solo receptor presentan un
componente básico en esta teoría: la fuerza elocutiva, es decir, la finalidad
comunicativa con que se lleva a cabo un determinado acto comunicativo.
El
componente ilocutivo se encuentra ligado al conjunto de normas y convenciones
que determinan la emisión de un enunciado en un entorno sociocultural
concreto. Entre los años sesenta y
setenta los nuevos gramáticos defienden la necesidad de centrar el análisis
lingüístico en el discurso y no en la oración como se había hecho hasta
entonces y así nació la lingüística
textual y las diversas corrientes de
análisis del discurso. También en esta época surgen teorías funcionalistas en
gramática y se inician trabajos interdisciplinares que implican a determinadas
ciencias como la psicología, la filosofía, sociología entre otras, y todas
ellas implican otros campos de conocimiento en el análisis lingüístico.
En cuanto al estado de la
pragmática actual, surge como es sabido, ante la imposibilidad de explicar determinados
fenómenos lingüísticos a partir de la gramática o la semántica. Este hecho
coincidió con nuevas teorías de filósofos sobre la relación entre forma
lingüística, significado y contexto.
Hoy día
la pragmática se puede confundir con otras ciencias que estudian los discursos
y esta disciplina se encuentra actualmente en la intersección de una serie de
estudios sobre comunicación y cognición. En este sentido el entramado de
relaciones entre lenguaje, sociedad y cultura también forman parte del análisis
pragmático aunque de modo secundario, pero este conjunto de relaciones es
estudiado por otras disciplinas del discurso: primero la sociolingüística,
especialmente la de la interacción, que estudia los procesos interactivos que
se verifican en la comunicación. En segundo lugar el análisis de la
conversación.
La
diferencia en la orientación de estas tres disciplinas es que tanto la
pragmática como la sociolingüística y el análisis de la conversación, estudian
la comunicación lingüística en la complejidad de sus contextos. Sin embargo, la
pragmática trabaja en enunciados construídos, reales, por tanto, y tiende a
centrarse en el estudio de los procesos inferenciales a través de los cuales
deducimos el contenido implícito de los mensajes. En estos últimos años, la
pragmática está centrada en dos cuestiones:
A-
Abarcar todos aquellos
aspectos relacionados con la estructura de la lengua:
Se
trata de fenómenos lingüísticos como el orden de las palabras, el uso de los
deícticos y también la estructura de los actos de habla, fenómenos todos ellos
que no pueden explicarse correctamente sin adoptar una perspectiva pragmática.
Sobre todo en este caso, la pragmática viene a ser un complemento de la
gramática y de semántica que estudia básicamente como afecta la función comunicativa
a la estructura gramatical de las lenguas.
B-
Abarcar el estudio de
los mecanismos inferenciales que hacen posible la comunicación.
En este
segundo caso, el estudio de la ironía
consiste en una falta de coincidencia entre lo que se dice y lo que se quiere
decir. Como disciplina la pragmatica en la vertiente de significado
lingüístico. De todo ello se ocupa la pragmática en la vertiente del
significado intencional en el estudio de la implicatura. y socioculturales que
intervienen en la interacción comunicativa
C -
Contexto histórico:
Según COSERIU,
el contexto histórico es aquel que engloba las circunstancias históricas
conocidas por los hablantes.
D-Contexto
cultural:
Constituido por la tradición cultural de una comunidad.
Todos estos elementos, contribuyen de forma decisiva a la
comunicación lingüística, sin
embargo, solamente el contexto físico es un factor material externo, y
descriptible objetivamente.
Por lo que respecta a los componentes relacionales, debemos tener en cuenta que las relaciones
que se establecen entre los elementos de naturaleza material, da lugar a
conceptualizaciones subjetivas; y estas conceptualizaciones generan a su vez
principios reguladores de a conducta de carácter empírico, es decir,
observable. Entre estos componentes relacionales, figuran: la información pragmática, la intención comunicativa y la distancia social.
La información pragmática constituye el
conjunto de conciertos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un
determinado individuo en un momento cualquiera de la interacción verbal. El emisor
y el destinatario, poseen una serie de experiencias anteriores relativas
a la realidad lingüística o al resto de los hablantes, y esta realidad objetiva
se interioriza, es decir, que la información pragmática comprende todo lo que constituye nuestro
universo mental, desde lo más objetivo a lo más subjetivo. La información
pragmática, según DIK, consta de tres
subcomponentes:
- Un subcomponente general, que
comprende el conocimiento del mundo, de sus características generales y
culturales.
- Un subcomponente situacional, que
abarca el conocimiento debido de lo que los interlocutores perciben
durante la interacción, es decir, este tipo de subcomponentes están en
relación directa con la situación comunicativa.
- Un subcomponente contextual, que
incluye aquello que se deriva de las expresiones lingüísticas
intercambiadas en el discurso inmediatamente precedente.
En toda información pragmática existe en
mayor o menor medida, una interiorización de la realidad extralingüística, lo
cual hace que ésta sea de naturaleza claramente subjetiva, pero esto no implica
que la información pragmática de cada hablante sea completamente diferente de
la de los demás, de hecho, los interlocutores, suelen partir del supuesto de
que su conocimiento coincide básicamente tanto en lo que se refiere al sistema
gramatical, como en lo relativo a los contenidos de las unidades implicadas.
Esto incide además, de la afirmación de que al margen del signo lingüístico,
del mensaje, existe una intención comunicativa determinada. Además de esta
parcela común, la información de cada uno de los interlocutores, también
contiene una teoría sobre el otro, es decir, sobre la información pragmática
del otro u sobre lo que se comparte. La teoría de que los interlocutores
comparten una parcela de información pragmática se conoce con el nombre de hipótesis
del conocimiento mutuo, llamada en la teoría pragmática hipótesis
del entorno cognitivo compartido.
Según esta teoría, lo que los interlocutores comparten es
un conjunto de hechos coya representación mental dan como verdadera por ser
directa entre perceptible o infalible. No obstante, lo que es directamente
perceptible o infalible es sin duda, una parte importante de lo que comportan
los interlocutores, pero no es todo lo que comparten. Por ejemplo, determinada
referencia explícita a la conversación no se apoya en ningún hecho perceptible
o infalible sino en la simple creencia de que el interlocutor tiene codificada
esa referencia en cuestión dentro de su información pragmática.
En general, se admite la idea de que los interlocutores
comparten una parcela de información pragmática de dimensiones variables según
los casos, y además cada uno construye una hipótesis sobre dicha parcela común,
y sobre la información pragmática del otro interlocutor y el grado de validez
de estas hipótesis influye en buena medida en el éxito de la conversación, en
la compresión y en la mayor o menor fluidez comunicativa. Sin embargo, otras
veces el punto central de la comunicación se sitúa fuera de esa parcele común.
Esto sucede por ejemplo, n el caso de la transmisión de información en que el
emisor comunica al destinatario información nueva.
Esta nueva información debe ser identificada situándola
correctamente e interpretándola a partir de los datos suministrados por esa
parcela común. En definitiva, el conjunto de conocimientos y creencias de los
interlocutores, desempeña un papel fundamental, ya que hace posible la
comunicación efectiva, y por otra parte, en un principio regulador de la
conducta porque tanto a la propia información de carácter pragmática como a las
teorías sobre el otro interlocutor, atribuyen a estructurar y a condicionar el
contenido y la forma del enunciado.
En cuanto a la INTENCIÓN COMUNICATIVA: se
trata de la relación entre el emisor y su información pragmática por una parte
y entre el destinatario y el entorno por otra. La intención se manifiesta
siempre con una relación dinámica y según la teoría lingüística actual, la
intención se explica a partir del hecho de que todo discurso es un tipo de
acción, dicho de otro modo, la intención comunicativa se deduce de los indicios
y resultados de la acción. El emisor al hacer uso de las palabras permite
actuar de alguna manera, sobre el método de cosas preexistentes, bien sea para
modificarlo, bien sea para impedir que se lleve a cabo una modificación
previsible.
Ese estado de cosas incluye tanto su propia decisión como
la del interlocutor como el entorno mismo. En cualquier caso, el intento
utilizado para conseguir la interacción deseada, es el lenguaje, pero es
pragmática, el término interacción, no debe entenderse en su acepción subjetiva
y psicológica, y por este motivo, algunos teóricos recomiendan como más
apropiado el término META.
En el término INTENCIÓN, debemos sobreentender además,
las ideas de dirección, de tendencias o de esfuerzo por conseguir algo, que
ponen de manifiesto la orientación hacia la consecución de un determinado fin.
Así pues, la orientación hacia la intención funcional como principio regulador
de la conducta en el sentido de que condice el hablante a utilizarlos medios
que consideran más idóneos para alcanzar sus fines. Conviene distinguir además
esta intención propiamente dicha y acción intencional. En el primer caso, la
intención puede ser simplemente interior y no llegar a manifestarse
exteriormente como la puesta en práctica efectiva de una intención. Por otra
parte, debemos tener en cuenta también, que el silencio como opción de no
intervenir en la comunicación y como actividad consciente y voluntaria, puede
ser también un medio indirecto para conseguir determinados objetivos en el
transcurso de la interacciona comunicativa. En este sentido, el silencio posee
un tipo muy concreto de valor comunicativo, ya que cuando se elige silencio en
lugar de comunicación, queda reflejada alguna actitud del sujeto ente el
entorno, y por tanto, podemos deducir cuál es esa actitud.
La falta de cooperación en un determinado acto de habla,
puede deberse a varios factores. En cualquier caso, el silencio tiene auténtico
valor comunicativo, cuando presta como alternativa real al uso de la palabra.
Según todo lo dicho, queda claro que el uso del lenguaje
como actividad consciente, refleja la actitud del hablante ante el entorno y no
responde a una determinada intención. El análisis pragmático por tanto, debe
abordar necesariamente el estudio de los enunciados teniendo en cuenta la
intención del sujeto que los produce. Así, la interpretación de los enunciados,
forma parte del dominio de la pragmática, y la tarea del destinatario consiste
en intentar recibir en cada caso la intención comunicativa del emisor, de
acuerdo con el conjunto de datos que le proporciona su información pragmática.
La DISTANCIA SOCIAL es el tercer tipo de relaciones que
debe tener en cuenta la pragmática. La Distancia Social, en la relación que
existe ante los interlocutores por el hecho de pertenecer a un determinado
marco sociocultural. La distancia social constituye un marco esencial en la
comunicación, ya que el mensaje debe construirse siempre a la medida del
destinatario, y uno de los factores a tener en cuenta por tanto, en el grado de
relación social entre ambos. De este modo, la relación social impone una serie
de selecciones que determinan en buena medida la forma del enunciado y en este
proceso interviene precisamente la cortesía entendida como fenómeno pragmático.
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