miércoles, 23 de noviembre de 2011

Delimitación- Pragmática


     Delimitación del campo de estudio

El uso moderno del término “pragmática” se debe al filósofo Charles Morris. En su teoría sobre semántica Morris distingue en esta disciplina tres líneas de investigación:

1-    La sintaxis, que define como el estudio de las combinaciones de los signos.

2-    La semántica, que define como el estudio de las combinaciones de signos

3-    La pragmática, que define como el estudio de la relación de los signos con los usuarios, es decir, con los hablantes.

El análisis pragmático comienza en la Historia de la lingüística como un intento de encontrar el sentido de la conducta lingüística. Después de su primera etapa de desarrollo, vinculada sobre todo con la Filosofía de la pragmática se convertido progresivamente en una disciplina empírica que abarca en sus líneas de investigación los factores sociales, psicológicos, culturales y literarios que determinan la estructura de la comunicación verbal y sus consecuencias.

            Al ampliarse por tanto los objetivos de la pragmática, actualmente esta disciplina se ocupa de todos los procesos lingüísticos relacionados con el uso de la lengua. Se ocupa también de la relación entre lenguaje y sus hablantes, y de la creación de una teoría que integra el origen filosófico de esta disciplina con la tendencia actual de carácter más empirista.

            Así pues, la pragmática estudia el lenguaje en función de la comunicación, es decir, que analiza determinados aspectos de lar elación entre el lenguaje y el hablante. El tema central del estudio del uso lingüístico hace referencia a los principios que guían la interpretación de los enunciados, es decir, por ejemplo la relación con los participantes, con el cotexto lingüístico, con el contexto, y con el entorno o situación comunicativa. Este factor incluye además las creencias de los hablantes, su conocimiento de sí mismos, del lenguaje que utilizan y de la realidad extralinguística. En cuanto al contexto, este concepto se define en Pragmática como la categoría lingüística que cumple dos funciones básicas en la comunicación:

1-    Fijar el significado de una unidad lingüística

2-    Convertir una o más oraciones en un enunciado


El hecho de que la pragmática estudie el uso de la lengua significa que tiene como objetivo básico el estudio de las diferentes funciones que centra el lenguaje en la actividad lingüística. Entre estas funciones podemos citar los principios y reglas que rigen los intercambios linguísticos entre los hablantes, los actos que pueden efectuarse con el uso lingüístico y en líneas generales todo conocimiento común de los hablantes que sea de utilidad en la interacción verbal. Este conocimiento común recibe el nombre de información pragmática.

            En cuanto a la metodología, es importante señalar que frente a las demás disciplinas lingüísticas, la lingüística pragmática no ha creado un conjunto de unidades propias de análisis, por lo que esta disciplina no intenta construir reglas sino principios. En este sentido, la única unidad comunicativa creada por la pragmática ha sido el concepto de acto de habla. Según la concepción más extendida, la Pragmática es el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan la emisión de un enunciado concreto en una situación comunicativa determinada y su interpretación por parte de los destinatarios. En consecuencia, la pragmática es una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje. Precisamente, todos aquellos factores a los que no puede hacer referencia a un estudio puramente gramatical o semántico. Por este motivo, el análisis pragmático debe tener en cuenta conceptos como el de emisor, destinatario, intención comunicativa, contexto verbal, situación, o conocimiento extralingüístico.

            Como ejemplo más representativo de los fenómenos que no pueden estudiarse estrictamente desde la perspectiva gramatical o semántica, podemos citar por ejemplo la distancia entre lo que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir. Este fenómeno hace referencia al concepto de implicatura que trataremos más adelante.
            Otro fenómeno tiene que ver con la adecuación de las secuencias gramaticales al contexto, y a la situación, que es un problema pragmático asociado a los principios conversacionales y a la teoría de la relevancia.
            Otro fenómeno es el relacionado con la pragmática de la asignación correcta de referente como paso previo para la descodificación correcta de los enunciados. En este fenómeno, intervienen sobre todo el concepto de la situación espacio -temporal. De hecho, en la comunicación lingüística los enunciados puede adquirir a veces un sentido determinado que no se deduce directamente de su significación literal sino que depende de datos aportados por la situación comunicativa en la que se desarrolla el acto verbal. Así pues, en todo análisis pragmático hay que tener en cuenta dos hechos:

1-    Hay una parte del significado que logramos comunicar que no puede reducirse sólo al modelo de un código constituido por signos linguísticos.
2-    Que para caracterizar adecuadamente dicho significado hay que tener en
consideración los factores que configuran la situación en que las frases son emitidas, es decir, todos aquellos factores de naturaleza material e inmaterial.

Sin embargo, el objetivo de la pragmática puede presentar diferentes formas de análisis. Así, para algunos la pragmática debe centrarse sobre todo en la relación del significado gramatical con el hablante y con los hechos y referentes extralinguísticos. Para otros, en cambio, la pragmática debe centrarse en el análisis de la relación entre la forma de la expresión y las actitudes de los usuarios. En cualquier caso, la pragmática no puede ni debe sustituir el análisis gramatical sino que las explicaciones gramaticales, semánticas y pragmáticas, deben ser complementarias.

En definitiva, la perspectiva pragmática aporta diversas ventajas:

1-                    Utiliza las consideraciones gramaticales estableciendo los límites de la morfosintaxis
2-                    Contribuye a dar una visión más precisa de la complejidad del fenómeno comunicativo.

           
La pragmática de la lingüística tiene como objeto de estudio el significado del lenguaje en uso. La pragmática estudia, por tanto, el significado intencional, es decir, lo que uno quiere decir. El filósofo Porlais define el significado intencional o no natural como un tipo especial de intención destinada a ser reconocida como tal por quien la recibe. En cambio la significación natural se produce sin intencionalidad. De ello se deduce que interpretar lo que dice un determinado hablante es reconocerle una intención comunicativa y no simplemente reconocer el significado de sus palabras.

La existencia de este tipo de significado, por otra parte, muestra que la comunicación parte de un acuerdo previo de los hablantes, de una lógica de la conversación que permite pasar del simple significado de las palabras al significado de los hablantes. Las diferentes definiciones que se han ofrecido sobre esta nueva disciplina han sido sistematizadas por la escuela alemana, que distingue tres tipos básicos de pragmática:




A-   La pragmática como disciplina del uso de los signos:

El empleo moderno de pragmática se remonta a la figura de Charles Morris, quien lo acuña en su conocida caracterización de la semiótica, teoría que se integra en la tradición neopositivista del análisis del lenguaje. Esta tradición es representada por Pierce y Carnap. De acuerdo con esta teoría de carácter lineal, en todo acto comunicativo, hay un signo, un designatum y un interprete. El signo corresponde con la sintaxis, el designatum con la semántica y el interprete con la pragmática.

Así pues, el hecho de comprender una lengua y de utilizarla de forma correcta equivale a seguir las reglas sintácticas, semánticas y pragmáticas, aceptadas en un determinado marco social.

Las relaciones más dinámicas, según su concepción, corresponden a la pragmática o al estudio de las relaciones de interpretación, es decir, las relaciones que se verifican entre los signos y sus usuarios.
La sintáctica trata de los nexos que se establecen entre los signos, es decir, relaciones de implicación, y por último, la semántica estudia las relaciones existentes entre estos y la realidad extralingüística nombrada, lo que se llama “relaciones de designación”.

El carácter lineal al que hemos hecho referencia se identifica a su vez con un tipo modular, debido a la autonomía de cada uno de los niveles. Es fácilmente deducible que el comportamiento pragmático de este esquema que revela un origen de la sintaxis, semántica y pragmática, no puede prescindir de la sintáctica y de la semántica, que son niveles de análisis necesarios en la correcta interpretación del mensaje, que debe tener en cuenta las relaciones entre los signos, así como las que se establecen entre los signos y la realidad denotada. Esta organización triádica  establece que el nivel sintáctico precede el semántico y este a su vez es anterior al tratamiento pragmático.

B-   La pragmática como lingüística del diálogo:

Esta definición está representada por la escuela alemana, que sitúa el discurso en el plano de la dualidad, que se opone al concepto de individualidad y de pluralidad. Desde ese punto, el estudio de la pragmática se ha centrado en el análisis de la tipología discursiva, que se mantiene entre dos hablantes con un sentido bidireccional, es decir, fórmulas de saludo y despedida, pregunta respuesta, o invitación aceptación…

Este tipo de discurso bidireccional recibe el nombre en socio-pragmática el nombre de pares-adyacentes. Este tipo de orientación se ha desarrollado desde la fase inicial de la evolución pragmática y en las últimas décadas  ha adoptado un enfoque integrador de la dimensión de pluralidad que toma en consideración, en sus últimas aportaciones, los factores cognitivos real. Además se sitúa concretamente en la línea de la pragmática universal, desarrollada por la escuela de Frankfurt, por lo que su concepción de la disciplina se basa en el análisis de las condiciones universales del diálogo, perspectiva que permite considerar un punto de vista intersubjetivo.

C-   La pragmática como teoría de la acción del habla:

La teoría de la acción del habla ha sido definida como la teoría de la acción común, motivada por el hecho de que la emisión lingüística se acompaña de acciones (advertir, saludar, prometer, solicitar…) En este sentido los actos de habla canónicos en los que interviene un solo emisor y un solo receptor presentan un componente básico en esta teoría: la fuerza elocutiva, es decir, la finalidad comunicativa con que se lleva a cabo un determinado acto comunicativo.

El componente ilocutivo se encuentra ligado al conjunto de normas y convenciones que determinan la emisión de un enunciado en un entorno sociocultural concreto.  Entre los años sesenta y setenta los nuevos gramáticos defienden la necesidad de centrar el análisis lingüístico en el discurso y no en la oración como se había hecho hasta entonces  y así nació la lingüística textual  y las diversas corrientes de análisis del discurso. También en esta época surgen teorías funcionalistas en gramática y se inician trabajos interdisciplinares que implican a determinadas ciencias como la psicología, la filosofía, sociología entre otras, y todas ellas implican otros campos de conocimiento en el análisis lingüístico.

En cuanto al estado de la pragmática actual, surge como es sabido, ante la imposibilidad de explicar determinados fenómenos lingüísticos a partir de la gramática o la semántica. Este hecho coincidió con nuevas teorías de filósofos sobre la relación entre forma lingüística, significado y contexto.

Hoy día la pragmática se puede confundir con otras ciencias que estudian los discursos y esta disciplina se encuentra actualmente en la intersección de una serie de estudios sobre comunicación y cognición. En este sentido el entramado de relaciones entre lenguaje, sociedad y cultura también forman parte del análisis pragmático aunque de modo secundario, pero este conjunto de relaciones es estudiado por otras disciplinas del discurso: primero la sociolingüística, especialmente la de la interacción, que estudia los procesos interactivos que se verifican en la comunicación. En segundo lugar el análisis de la conversación.

La diferencia en la orientación de estas tres disciplinas es que tanto la pragmática como la sociolingüística y el análisis de la conversación, estudian la comunicación lingüística en la complejidad de sus contextos. Sin embargo, la pragmática trabaja en enunciados construídos, reales, por tanto, y tiende a centrarse en el estudio de los procesos inferenciales a través de los cuales deducimos el contenido implícito de los mensajes. En estos últimos años, la pragmática está centrada en dos cuestiones:

A-   Abarcar todos aquellos aspectos relacionados con la estructura de la lengua:

Se trata de fenómenos lingüísticos como el orden de las palabras, el uso de los deícticos y también la estructura de los actos de habla, fenómenos todos ellos que no pueden explicarse correctamente sin adoptar una perspectiva pragmática. Sobre todo en este caso, la pragmática viene a ser un complemento de la gramática y de semántica que estudia básicamente como afecta la función comunicativa a la estructura gramatical de las lenguas.

B-   Abarcar el estudio de los mecanismos inferenciales que hacen posible la comunicación. 

En este segundo caso,  el estudio de la ironía consiste en una falta de coincidencia entre lo que se dice y lo que se quiere decir. Como disciplina la pragmatica en la vertiente de significado lingüístico. De todo ello se ocupa la pragmática en la vertiente del significado intencional en el estudio de la implicatura. y socioculturales que intervienen en la interacción comunicativa

           C   -   Contexto histórico:

Según COSERIU, el contexto histórico es aquel que engloba las circunstancias históricas conocidas por los hablantes.

D-Contexto cultural:

Constituido por la tradición cultural de una comunidad.
Todos estos elementos, contribuyen de forma decisiva a la comunicación lingüística, sin embargo, solamente el contexto físico es un factor material externo, y descriptible objetivamente.


Por lo que respecta a los componentes relacionales, debemos tener en cuenta que las relaciones que se establecen entre los elementos de naturaleza material, da lugar a conceptualizaciones subjetivas; y estas conceptualizaciones generan a su vez principios reguladores de a conducta de carácter empírico, es decir, observable. Entre estos componentes relacionales, figuran: la información pragmática, la intención comunicativa y la distancia social.

La información pragmática constituye el conjunto de conciertos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un determinado individuo en un momento cualquiera de la interacción verbal. El emisor y el destinatario, poseen una serie de experiencias anteriores relativas a la realidad lingüística o al resto de los hablantes, y esta realidad objetiva se interioriza, es decir, que la información pragmática comprende todo lo que constituye nuestro universo mental, desde lo más objetivo a lo más subjetivo. La información pragmática, según DIK, consta de tres subcomponentes:
  1. Un subcomponente general, que comprende el conocimiento del mundo, de sus características generales y culturales.
  2. Un subcomponente situacional, que abarca el conocimiento debido de lo que los interlocutores perciben durante la interacción, es decir, este tipo de subcomponentes están en relación directa con la situación comunicativa.
  3. Un subcomponente contextual, que incluye aquello que se deriva de las expresiones lingüísticas intercambiadas en el discurso inmediatamente precedente.

En toda información pragmática existe en mayor o menor medida, una interiorización de la realidad extralingüística, lo cual hace que ésta sea de naturaleza claramente subjetiva, pero esto no implica que la información pragmática de cada hablante sea completamente diferente de la de los demás, de hecho, los interlocutores, suelen partir del supuesto de que su conocimiento coincide básicamente tanto en lo que se refiere al sistema gramatical, como en lo relativo a los contenidos de las unidades implicadas. Esto incide además, de la afirmación de que al margen del signo lingüístico, del mensaje, existe una intención comunicativa determinada. Además de esta parcela común, la información de cada uno de los interlocutores, también contiene una teoría sobre el otro, es decir, sobre la información pragmática del otro u sobre lo que se comparte. La teoría de que los interlocutores comparten una parcela de información pragmática se conoce con el nombre de hipótesis del conocimiento mutuo, llamada en la teoría pragmática hipótesis del entorno cognitivo compartido.

Según esta teoría, lo que los interlocutores comparten es un conjunto de hechos coya representación mental dan como verdadera por ser directa entre perceptible o infalible. No obstante, lo que es directamente perceptible o infalible es sin duda, una parte importante de lo que comportan los interlocutores, pero no es todo lo que comparten. Por ejemplo, determinada referencia explícita a la conversación no se apoya en ningún hecho perceptible o infalible sino en la simple creencia de que el interlocutor tiene codificada esa referencia en cuestión dentro de su información pragmática.

En general, se admite la idea de que los interlocutores comparten una parcela de información pragmática de dimensiones variables según los casos, y además cada uno construye una hipótesis sobre dicha parcela común, y sobre la información pragmática del otro interlocutor y el grado de validez de estas hipótesis influye en buena medida en el éxito de la conversación, en la compresión y en la mayor o menor fluidez comunicativa. Sin embargo, otras veces el punto central de la comunicación se sitúa fuera de esa parcele común. Esto sucede por ejemplo, n el caso de la transmisión de información en que el emisor comunica al destinatario información nueva.

Esta nueva información debe ser identificada situándola correctamente e interpretándola a partir de los datos suministrados por esa parcela común. En definitiva, el conjunto de conocimientos y creencias de los interlocutores, desempeña un papel fundamental, ya que hace posible la comunicación efectiva, y por otra parte, en un principio regulador de la conducta porque tanto a la propia información de carácter pragmática como a las teorías sobre el otro interlocutor, atribuyen a estructurar y a condicionar el contenido y la forma del enunciado.

En cuanto a la INTENCIÓN COMUNICATIVA: se trata de la relación entre el emisor y su información pragmática por una parte y entre el destinatario y el entorno por otra. La intención se manifiesta siempre con una relación dinámica y según la teoría lingüística actual, la intención se explica a partir del hecho de que todo discurso es un tipo de acción, dicho de otro modo, la intención comunicativa se deduce de los indicios y resultados de la acción. El emisor al hacer uso de las palabras permite actuar de alguna manera, sobre el método de cosas preexistentes, bien sea para modificarlo, bien sea para impedir que se lleve a cabo una modificación previsible.

Ese estado de cosas incluye tanto su propia decisión como la del interlocutor como el entorno mismo. En cualquier caso, el intento utilizado para conseguir la interacción deseada, es el lenguaje, pero es pragmática, el término interacción, no debe entenderse en su acepción subjetiva y psicológica, y por este motivo, algunos teóricos recomiendan como más apropiado el término META.

En el término INTENCIÓN, debemos sobreentender además, las ideas de dirección, de tendencias o de esfuerzo por conseguir algo, que ponen de manifiesto la orientación hacia la consecución de un determinado fin. Así pues, la orientación hacia la intención funcional como principio regulador de la conducta en el sentido de que condice el hablante a utilizarlos medios que consideran más idóneos para alcanzar sus fines. Conviene distinguir además esta intención propiamente dicha y acción intencional. En el primer caso, la intención puede ser simplemente interior y no llegar a manifestarse exteriormente como la puesta en práctica efectiva de una intención. Por otra parte, debemos tener en cuenta también, que el silencio como opción de no intervenir en la comunicación y como actividad consciente y voluntaria, puede ser también un medio indirecto para conseguir determinados objetivos en el transcurso de la interacciona comunicativa. En este sentido, el silencio posee un tipo muy concreto de valor comunicativo, ya que cuando se elige silencio en lugar de comunicación, queda reflejada alguna actitud del sujeto ente el entorno, y por tanto, podemos deducir cuál es esa actitud.

La falta de cooperación en un determinado acto de habla, puede deberse a varios factores. En cualquier caso, el silencio tiene auténtico valor comunicativo, cuando presta como alternativa real al uso de la palabra.

Según todo lo dicho, queda claro que el uso del lenguaje como actividad consciente, refleja la actitud del hablante ante el entorno y no responde a una determinada intención. El análisis pragmático por tanto, debe abordar necesariamente el estudio de los enunciados teniendo en cuenta la intención del sujeto que los produce. Así, la interpretación de los enunciados, forma parte del dominio de la pragmática, y la tarea del destinatario consiste en intentar recibir en cada caso la intención comunicativa del emisor, de acuerdo con el conjunto de datos que le proporciona su información pragmática.

La DISTANCIA SOCIAL es el tercer tipo de relaciones que debe tener en cuenta la pragmática. La Distancia Social, en la relación que existe ante los interlocutores por el hecho de pertenecer a un determinado marco sociocultural. La distancia social constituye un marco esencial en la comunicación, ya que el mensaje debe construirse siempre a la medida del destinatario, y uno de los factores a tener en cuenta por tanto, en el grado de relación social entre ambos. De este modo, la relación social impone una serie de selecciones que determinan en buena medida la forma del enunciado y en este proceso interviene precisamente la cortesía entendida como fenómeno pragmático.

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